Dani Dimitrova, enamorada en la pintura, los colores y la naturaleza, creció en un entorno privilegiado de montañas azules y bosques frondosos. Gracias a su madre empezó a tomar clases de pintura y dibujo desde muy pequeña y no ha parado hasta la universidad. Luego por motivos profesionales durante varios años se apartó de la pintura. En un momento muy difícil para ella descubrió por casualidad la pintura en seda. Fue amor a primera vista. Empezó de forma autodidacta. A lo largo del tiempo se ha formado en diferentes cursos para perfeccionar sus técnicas.
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